CORTOMETRAJE "SEIS CONTRA SEIS"
“Papá, no sé cómo contarte lo mucho que me gusta jugar. Cuando estoy en la cancha, todo se me olvida. Sólo oigo el público, la pelota botando y los gritos de mis compañeros, mi equipo. ¿Te acuerdas? Tú me regalaste el primer balón”
Un padre que se juega más que su propio hijo en la pista. La amistad de dos chavales, mezclada con el baloncesto, y con dos padres enfrentados por mostrar cuál de sus hijos es mejor. Los sueños de los padres, proyectados en la diversión de los jóvenes. La histórica cancha madrileña del Canoe. Un partido con todo en juego.
Esta es la base del corto Seis contra seis, dirigido por Marco Fettolini y Miguel Aguirre (autores también del corto La felicidad (2007), además de otros trabajos por separado), y escrito por Pedro Fajardo, una historia con el baloncesto como fundamento, en el que se entrecruzan lazos familiares y de amistad. Pero con la pista como juez final. La pieza está protagonizada por Javier Portales, Pablo Carvajal, Alberto Aponte, Rosa García Rodríguez y Gonzalo Ramos.
En el cortometraje podemos ver con la colaboración de Juanma López Iturriaga, Pepu Hernández y José Luis Redondo una realidad muy habitual en los equipos de formación y que representa uno de los factores por los que jugadoras y jugadores dejan el deporte. Este factor es la presión que los padres ejercen sobre sus hijos para que éstos sean los mejores y destaquen por encima de los demás. Lo que a los padres les hubiera gustado ser; siendo sus hijos los que ahora tienen que demostrarlo. Comentarios como “no la pases, tírala tú” o “pero pásala“, etc. son expresiones que día tras día se oyen en gradas de padres frustrados que no pudieron ser lo que en su día intentaron.
La formación integral del jugador de baloncesto va estrechamente unida a la formación como personas que los padres les dan a sus hijos en la vida cotidiana. Los dos formadores, el entrenador y los padres, tienen que tener un único objetivo para la formación de los jugadores – hijos, una única dirección que es la de formar y educar en valores a los protagonistas de la historia. No forzar a los protagonistas a ser cosas que no quieren ser, privándoles de lo que realmente valoran: el deporte que les aporta experiencias y amistades.