Motivando a niños deportistas
Muchas veces existe, por parte de padres y entrenadores de diferentes deportes, cierta preocupación acerca de cómo motivar a niños deportistas que se encuentran en esta franja de edad. Para poder saber cómo motivar a un niño, primero es necesario conocer cuáles son sus objetivos, sus pensamientos, sus comportamientos, es decir cómo va evolucionando en las diferentes etapas.A grandes rasgos se podría decir que en lo que hace a la edad existen dos grandes grupos: antes y después de los 12 años.
Ente los 8 y los 11 años los objetivos no están claramente demarcados en cuanto a lo deportivo, hay una tendencia hacia la habilidad deportiva y la aprobación social, pero no existen objetivos aún de logros deportivos y de competencia a esta edad. Si bien se observa a niños que sí tienen estas metas, si se comparan con otros, no son capaces aún de saber o verse mejores o peores que ellos. En todo caso, saben que ganar o perder es importante para los adultos, y muchas veces se sienten presionados por ello. Entre los 9 y 11 años el niño comienza a distinguir entre esfuerzo y habilidad, es decir empieza a darse cuenta que a veces aún esforzándose, sino es hábil en una determinada destreza, tal vez no llegue al logro deportivo deseado.
Si bien los niños en esta franja de edad se encuentran aceptablemente automotivados para practicar deportes, es deseable poder seguir manteniendo esta motivación, ya que después de los 12 años, puntualmente hasta los 17, se produce el mayor porcentaje de abandono de la asidua práctica deportiva, entre otras actividades. Es preciso que tanto padres como entrenadores puedan entender que hasta los 12 años el niño debe vivir la práctica deportiva como socializadora, y totalmente lúdica, aún si se detectan talentos deportivos, ya que si el niño es muy exigido se produce lo que se llama burnout, o “quemazón” deportiva, efecto por el cual el niño abandona el deporte cuando llega a la pubertad.
Entonces, la clave para motivar y mantener la motivación en esta etapa de la vida de un deportista, está en los siguientes puntos:
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Enseñarle destrezas, habilidades deportivas y la correcta ejecución de las mismas.
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Utilizar permanentemente el refuerzo social.
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Que toda actividad deportiva se realice en un ambiente lúdico y distendido.
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Armar grupos de niños deportistas donde medie la amistad y los buenos valores, con lo cual el ejercicio de un deporte se transforma también en formativo.